José de Nazaret
El
santo callado o un santo discreto para la gente anónima e invisible, para los
que habitan su propia sombra frente al deseo de notoriedad del mundo. Para
quienes se ganan la vida humildemente, un ‘currante’ incluso como santo, lo
dijo Teresa de Ávila «no me acuerdo
hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer».
Tuvo
sueños y confió en ellos, porque Dios
habla en cualquier momento estemos despiertos o dormidos. Ni poderoso ni perfecto,
un hombre justo, no dice más el Evangelio. Justo: el que hace la voluntad de
Dios. «El que prefiere
que los otros tengan razón. / Esas personas, que se ignoran, están salvando el
mundo» escribió Borges
en su poema «Los
justos» aunque no pensara en él.
Inspira
modestia, paciencia, ternura. Bondad (¿hay algo más poderoso que la bondad?). Con este
hombre bueno creció Jesús, aprendió el oficio de ser hombre.
José «el
Señor multiplicará la vida», el deseo de Raquel es un
nombre de gente sencilla.
carminis
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Imagen: San José con el Niño Jesús (1597-99), El Greco. Museo de Santa
Cruz (Toledo).
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