Sagrado Corazón Sanador

Decir corazón sagrado es decir corazón sanador. Lo cuenta el Evangelio, Jesús se dedicó a sanar, a hacer milagros. Los milagros son una sobredosis de amor, amar es lo que cura, es una salud distinta que nos pone en pie, nos devuelve la dignidad y nos cambia la vida. Lo mismo da que nada suceda o suceda un hecho maravilloso. Milagro es creer que Dios pasa por el corazón humano y, a quien se deja, hace lo que dijo el profeta: un trasplante de corazón, cambia el cerrado corazón de piedra, que más que latir golpea, por el tierno de carne con su sístole de misericordia y diástole de justicia.   

Ya trasplantados, nos manda a hacer lo que Él hizo… ¡¿Milagros?!  Puede resultar chocante e incomprensible si estamos estancados sin fe suficiente ni en Él ni en nosotros, si no creemos que lo divino late en lo humano, si no creemos que es sencillo y lo hacen los sencillos.

¡Oh pequeño corazón diminuto, corazón que quiere latir
para ser él también el unánime corazón que le alcanza!¹

^carminis

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(1)     Del poema En la plaza de Vicente Aleixandre.

Imagen: Separación (1896), detalle, Edvard Munch.