Se necesitan profetas
Para dar voz a Dios y anunciar su
Reino. Una característica del profeta es su preocupación por el pueblo. Con su
mensaje llama a un cambio de vida, denuncia
la injusticia, condena la práctica de un poder que ignora a Dios. Ser
profeta es tomar conciencia y comprometerse en esa lucha, no dar por hecho que el
mundo es injusto. Serlo «no es
elección nuestra o don arbitrario de Dios, el profeta “nace” dentro de una relación
donde observa y escucha la realidad y a aquellos que la padecen, y Dios va
despertando en ella o él cómo ha de actuar, lo que hay que decir mientras encuentra la fortaleza para hablar o
hacer»1 Fiel a ese
compromiso hablan del modo de vida al que el Señor nos llama.
En al AT los profetas preparaban el
camino a Yahvé, en el NT Juan Bautista prepara el camino a Jesús; parece que Dios
viene, pero nosotros nos vamos hacia la descreencia. Aunque leamos amenazadoras
advertencias en algunos pasajes, los profetas anuncian el tiempo del Señor como
una revelación de alegría y esperanza.
Se necesitan profetas, gente que crea
en Dios, en su proyecto y lo proclame, que vaya a contracorriente en la cultura
del descarte. La oferta es para cada uno que nace, nacer significa traer esperanza
al mundo.
Interesados pónganse en contacto con
Dios a través de la oración.
carminis
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(1) Palabras
de José Vidal Talens, párroco de San Lázaro.
Imagen: San
Juan Bautista, pintura atribuida a Jacob Jordaens (1593-1678).
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