Dos comentarios del evangelio de hoy

 (Mc 7, 31-37):

            Jesús cura a un sordomudo. Fue un signo del reino de Dios esperado y anunciado por los profetas. La esperanza de la humanidad se pintaba siempre como un tiempo de justicia con los más desfavorecidos, los impedidos, los que no contaban para la sociedad. En tiempos de Jesús un hándicap o discapacidad como la sordera o la mudez también significaba marginación social y religiosa. Hoy, el lenguaje de signos de los sordos les ayuda a su integración y a la comunicación, y se nos pide que también seamos muchos más quienes lo aprendamos, para la integración social total de los sordomudos. ¿Tan importante es la comunicación por la palabra entre los hombres?

            Sí, la palabra es el signo distintivo de lo humano. Con la palabra los hombres han podido progresar, porque las realidades del mundo y los hechos de la historia cobran significado humano por la palabra. Para la misma educación, para crecer como humanos, es imprescindible la palabra. Dios mismo se nos comunicó haciendo una historia con los hombres y revelando su significado liberador y su sentido, como un designio de compartir amor y libertad con sus criaturas. Y eso nos lo fue diciendo mediante palabras humanas a lo largo de la historia bíblica. Liberar a los hombres para la palabra es responsabilizarlos del sí o del no que vayan a responder. No lo olvidemos. No es un milagro más, fue mas que un milagro lo que hizo Jesús, porque nos abrió los oídos para poder hablar nosotros con los hermanos, sanando, resucitando. La palabra de Dios no es diferente de la nuestra para que la nuestra se convierta en la suya, la que Dios quería que resonara entre los hombres. Ahora tenemos nosotros la palabra. Dios nos ha dado la palabra. A ver cuál va a ser la nuestra. Por ejemplo, María dijo en su día “Hágase”.

J.V.T.

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Una veu convincent

L'evangeli parla d'un pobre home sordmut al qual van portar davant Jesús. Jesús li va dir això de effetah’ (obri't/obriu-vos). El fet de ser sord, mut, cec, coix o malalt no sols era un problema físic, també religiós i d'exclusió social.

En la primera lectura parla el profeta Isaïes, i interpreten la ceguesa, la mudesa i la sordesa com un estat d'aïllament i de resistència a la paraula de Déu, d'incomprensió i no transmissió del seu missatge. Però el major aïllament o tancament que existeix, i crec que Jesús està d'acord amb mi, és l'egocentrisme (tant dels qui se senten víctimes i presos de la seua condició existencial, sumits en commiseració i ressentiment, com qui viu en l'autocomplaença i moralment es pensa superior), ignorar la vida més enllà de si mateix: la vida que no s'estima. «El conocimiento es una forma de amor y una forma de acción» va dir María Zambrano, amb Jesús l'acció (curació) consisteix traure a la gent del seu aïllament i traure el millor d'ella, és una actitud vital que forma part del seu missatge social perquè tots som més del que som. El que estima ho sap.

Així és com la seua veu ‘effetah’ travessa els oïts fins al cor i ens porta cap al futur, cap a tot allò que promet.  

carminis


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Imagen: Los rostros de Jesús, Rembrandt.

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