Dos comentarios del evangelio de hoy


Mc 10,2-16:

Buenas noticias de Dios: No es bueno que el hombre (mujer/varón) esté sola/o. Necesita de una compañía a su altura de dignidad.

Si la compañía ha crecido y  sigue madurando en el amor sin límite, entendería: "Lo que Dios, por su amor, ha unido...” “Que no lo separe el hombre, por su egoísmo”. Este es el designio de Dios para la mujer y el varón: que sean uno. Bendición. Vida compartida, entregada, multiplicada en atenciones... Sacrificio. En el amor todo.

Pero somos muchas y muchos que no hemos podido tanto. La terquedad del corazón, a veces, la necesidad de autoafirmación, otras, deseos insatisfechos del corazón y hasta la pasión por el dominio, permiten separaciones.

En tiempos de Jesús, estas cosas ya, pero sobretodo, la minusvaloración cultural de la mujer y el egoísmo llevaba con facilidad al varón a repudiar a la mujer. A Jesús le producía tristeza honda por la situación de las mujeres.

Decir “Para siempre”, no es contrario al corazón de la mujer o del varón, como proyecto y deseo parece muy humano, que dure. Otra vez bendición... Pero sostengámoslo sin juicios ni prejuicios... Porque “Siempre” implica mucha Misericordia y Oración.

No olvidemos a quienes no gozamos de la compañía de vida en pareja. Por relaciones amigas y por entrega del corazón somos también capaces de conocer amor fiel y fecundo, entregado y liberador. Amor divino en corazones humanos hace milagros en los seres humanos de todo género.

J.V.T.

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A propòsit de Mc 10, 2-16:

En el principi érem dos, sense deixar la nostra diferència vam desitjar «ser els dos una sola carn». Possiblement una manera preciosa de definir Déu el matrimoni com comunió i estimant madurar com a humans. Per això anhelem a l'altre, qui fa que m’estime a mi mateix. 

Pensava que això només era mitologia, romanticisme, però la fe em fa creure que és possible, encara que la realitat parla de divorci, adulteri, maltractament, falta d’enteniment entre homes i dones, una constant històrica. He conegut que el major enemic del matrimoni és l'hedonisme: l'altre és el plaer que m'aporta, i que una unió es desfà quan no és amor autèntic, no dic perfecte, ni parle d’instint, passió, interès, amistat, dic Amor: estar ahí per (per a/amb) l'altre. Supose que només Déu pot ajudar-nos a convertir l’amor en senzill i verdader. En sagrament. I el que Déu no ha unit es pot separar, és un contracte amb la possibilitat de rescissió. 

Jesús està a favor de ‘els últims’, ‘els febles’, ‘els xicotets’. Però, qui són? Som els no amats, homes i dones als quals crida per formar part del seu Regne. Potser per a nosaltres «no es tan importante saber si Dios existe o no; lo que cuenta  es saber si es amor o no»
(En el principio éramos dos, sin dejar nuestra diferencia deseamos «ser los dos una sola carne». Posiblemente una manera preciosa de definir Dios el matrimonio como comunión y amando madurar como humanos. Por eso anhelamos al otro, quien me ayuda a amarme a mí mismo.

Pensaba que esto solo era mitología, romanticismo, pero la fe me hace creer que es posible, aunque la realidad habla de divorcio, adulterio, maltrato, falta de entendimiento entre hombres y mujeres, una constante histórica. He conocido que el mayor enemigo del matrimonio es el hedonismo: el otro es el placer que me aporta, y que una unión se deshace cuando no es amor auténtico, no digo perfecto, ni hablo de instinto, pasión, interés, amistad, digo Amor: estar ahí por (para/con) el otro. Supongo que solo Dios puede ayudarnos a convertir el amor en sencillo y verdadero. En sacramento. Y el que Dios no ha unido se puede separar, es un contrato con la posibilidad de rescisión. 


Jesús está a favor de ‘los últimos’, ‘los débiles’, ‘los pequeños’. Pero, ¿quiénes son? Somos los no amados, hombres y mujeres a los cuales llama para formar parte de su Reino. Quizás para nosotros «no es tan importante saber si Dios existe o no; lo que cuenta  es saber si es amor o no»
.)
carminis
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Kierkegaard.
Imatge: Adam i Eva (1507), Alberto Durero. Museu del Prado.

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