Comentari de les lectures de hui (1R 17,10-16 / Mc 12, 38-44)

Despreniment encara que passem necessitats  

                                               (Desprendimiento aun desde la necesidad)

Per què el profeta Elies demana menjar, precisament, a eixa dona que està en les últimes? Per què Jesús es fixa en eixa vídua que dóna el poc que té a un sistema social que l'oprimeix? Dues pobres dones que lliuren això que necessiten per viure. 

No sé si és una resposta dir que no és generositat ni almoina, és despreniment. Està relacionat amb Déu, i amb la bondat, la disponibilitat, la confiança, la llibertat, encara que el món ho considere quelcom alié, una actitud irresponsable o de desesperança, el despreniment també forma part d'ell. S'oposa a l'egoisme (a les seues pors i necessitats), és de valentes no viure subjectes al plaer i al consol de béns, desitjos, cultura, temps, imatge, persones. De certeses. Crec que no hi ha res a què unir-se excepte al misteri. Un teòleg dirà que és un valor espiritual, i potser recordarà el ‘desasimiento’ de Teresa d’Àvila que interprete com una forma d’ordenar tot el que sentim, volem, pensem, i ens fa lliures per a arribar a Déu. Parlant de despreniment i sentiment, un bon home va escriure:

"Por mi parte, alabo al desapego antes que a cualquier amor. Por la razón, en primerísimo lugar, de que lo mejor que hay en el amor es que me apremia a amar a Dios, mientras que el desapego apremia a Dios a amarme”¹.

La senzillesa facilita el despreniment. El despreniment fa valuós  allò que és insignificant, i succeeix el miracle, el regal. La senzillesa, al món actual, és complicada.

(¿Por qué el profeta Elías pide de comer, precisamente, a esa mujer que está en las últimas? ¿Por qué Jesús se fija en esa viuda que da lo poco que tiene a un sistema social que la oprime? Dos pobres mujeres que entregan lo necesitan para vivir. 

No sé si es una respuesta decir que no es generosidad ni limosna, es desprendimiento. Está relacionado con Dios, y con la bondad, la disponibilidad, la confianza, la libertad, aunque el mundo lo considere algo ajeno, una actitud irresponsable o de desesperanza, el desprendimiento también forma parte de él. Se opone al egoísmo (a sus miedos y necesidades), es de valientes no vivir sujetos en el placer, al dolor, al consuelo de bienes, deseos, cultura, tiempo, imagen, personas. De certezas. Creo que no hay nada a lo que unirse excepto al misterio. Un teólogo dirá que es un valor espiritual, y quizás recordará el ‘desasimiento’ de Teresa de Ávila que interpreto como una forma de ordenar todo lo que sentimos, queremos, pensamos, y nos hace libres para llegar a Dios. Hablando de desprendimiento y sentimiento, un buen hombre escribió:

"Por mi parte, alabo al desapego antes que a cualquier amor. Por la razón, en primerísimo lugar, de que lo mejor que hay en el amor es que me apremia a amar a Dios, mientras que el desapego apremia a Dios a amarme”¹.

La sencillez facilita el desprendimiento. El desprendimiento hace valioso aquello que es insignificante, y sucede el milagro, el regalo. La sencillez, en el mundo actual, es complicada).

Hoy viene a nuestro recuerdo un antiguo canto:

1. Cuando el pobre nada tiene y aún reparte,

cuando un hombre pasa sed y agua nos da,

cuando el débil a su hermano fortalece, ...

VA DIOS MISMO EN NUESTRO MISMO CAMINAR,

VA DIOS MISMO EN NUESTRO MISMO CAMINAR.

2. Cuando un hombre sufre y logra su consuelo,

cuando espera y no se cansa de esperar,

cuando amamos, aunque el odio nos rodee, ...

VA DIOS MISMO EN NUESTRO MISMO CAMINAR,

VA DIOS MISMO EN NUESTRO MISMO CAMINAR.

3. Cuando crece la alegría y nos inunda,

cuando dicen nuestros labios la verdad,

cuando amamos el sentir de los sencillos, ...

VA DIOS MISMO EN NUESTRO MISMO CAMINAR,

VA DIOS MISMO EN NUESTRO MISMO CAMINAR.

4. Cuando abunda el bien y llena los hogares,

cuando un hombre donde hay guerra pone paz,

cuando hermano le llamamos al extraño, ...

VA DIOS MISMO EN NUESTRO MISMO CAMINAR,

VA DIOS MISMO EN NUESTRO MISMO CAMINAR.

 J.V.T. i carminis

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¹Marcas en el Camino,  Dag Hammarskjóld.

Imatge: Elias i la vídua de Sarepta (1640), Bernardo Strozzi. Museu Història de l’Art, Vienna (Austria).