Los imprescindibles hijos de Dios
(Mt 11,2-11):
¿¡Juan no sabía quién era
Jesús!?,
pero si dijo que
no era digno de llevarle las sandalias; y que nos bautizaría con Espíritu Santo y fuego, y era él quien tenía que ser bautizado
por Jesús. Supongo que escuchó la voz: "Este es mi Hijo amado...”.
Sé que el Evangelio no es
una crónica histórica, habla de otra memoria, Jesús dice: "Contadle a Juan lo que estáis
viendo", y así recordar a los profetas, lo que
Isaías dijo del Reino de Dios y
las felices consecuencias, sobre todo, para los desfavorecidos,
los oprimidos, los que han perdido la esperanza.
"Dichoso el que no se
escandalice de mí". Su actitud me desconcierta, no entiendo que hable de
justicia y no se defienda de quienes quieren hacerle
daño, no los considere enemigos
ni desee destruirlos; que denuncie la injusticia con los otros y la acepte en sí mismo… Creo que sabe bien quién
es y lo que de verdad importa.
(Me cuesta creer que Dios
me necesite. Mi pensamiento limitante me habla de incapacidad, de la
imposibilidad de su Reino en este mundo. Pero en mi oración, es como si Jesús me
dijera que me tome en serio a mí misma como lo que soy: hija de Dios, que
aparte esos pensamientos. Por muy indigno, incapaz, inútil, prescindible que
alguien se crea, todos somos necesarios y responsables para manifestar el Reino).
Amén.
carminis
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Imagen: Hijo de Dios, J. Kirk Richards.
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