Cumplir toda justicia
Mt 3,13-17:
El profeta Isaías dice del Siervo de Yahvé, que resultó ser el Mesías que había de venir, Jesús: “He puesto mi Espíritu sobre él para manifestar la justicia a las naciones: no gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará. Manifestará la justicia con la verdad”.
Vino Jesús desde Galilea al Jordán donde Bautizaba Juan como signo de conversión a Dios y justicia para con los hermanos. Cuando los cristianos, con Juan el Bautista, no comprendemos que Jesús también necesitara ser bautizado para convertirse a Dios, Jesús nos responde: Déjalo ahora, no quieras seguir tu lógica, “conviene que así cumplamos toda justicia”. ¿A qué se refiere Jesús?
La justicia que viene a revelar Jesús no es la que podría hacerse desde arriba, una vez tomado el poder, repartiendo a cada uno por igual, porque todos no necesitan lo mismo.
Tampoco es la de los jueces que se atienen a las leyes y aplican su justicia como la del que la hace la paga; porque eso no transforma los corazones.
La justicia que cumple Jesús, y a la que nos convoca con él, es la de la solidaridad con los pecadores; cuando, poniéndonos en su lugar, como Él se dispuso a ser bautizado con ellos por Juan, implora la misericordia de Dios por nosotros y por toda la humanidad.
Así el amor de Jesús no separa entre justos y pecadores; y así es como podremos nosotros cumplir con toda justicia, o sea, con todos los seres humanos, con cada ser humano. Porque todos estamos necesitados de que se nos haga justicia a cuanto profundamente anhelamos, y no lo conseguimos con nuestras fuerzas.
Sólo el amor que viene de Dios, pasa por nosotros como su cauce, y llega a los otros como amor “de Dios”, es el que podrá hacer justicia al ser humano.
Vino Jesús desde Galilea al Jordán donde Bautizaba Juan como signo de conversión a Dios y justicia para con los hermanos. Cuando los cristianos, con Juan el Bautista, no comprendemos que Jesús también necesitara ser bautizado para convertirse a Dios, Jesús nos responde: Déjalo ahora, no quieras seguir tu lógica, “conviene que así cumplamos toda justicia”. ¿A qué se refiere Jesús?
La justicia que viene a revelar Jesús no es la que podría hacerse desde arriba, una vez tomado el poder, repartiendo a cada uno por igual, porque todos no necesitan lo mismo.
Tampoco es la de los jueces que se atienen a las leyes y aplican su justicia como la del que la hace la paga; porque eso no transforma los corazones.
La justicia que cumple Jesús, y a la que nos convoca con él, es la de la solidaridad con los pecadores; cuando, poniéndonos en su lugar, como Él se dispuso a ser bautizado con ellos por Juan, implora la misericordia de Dios por nosotros y por toda la humanidad.
Así el amor de Jesús no separa entre justos y pecadores; y así es como podremos nosotros cumplir con toda justicia, o sea, con todos los seres humanos, con cada ser humano. Porque todos estamos necesitados de que se nos haga justicia a cuanto profundamente anhelamos, y no lo conseguimos con nuestras fuerzas.
Sólo el amor que viene de Dios, pasa por nosotros como su cauce, y llega a los otros como amor “de Dios”, es el que podrá hacer justicia al ser humano.
J.V.T.
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