Sagrado Corazón Enamorado


El amor se aprende tarde, al final de la vida se aprende a amar sin estropearlo. Se aprende tarde a vivir humanamente enamorados. Un filósofo dijo que el enamoramiento puede ser un estado de «imbecilidad transitoria»1; pero es un misterio: ¿y a ti qué te pasa?, así se empieza a ser transfigurado en alguien inocente; a conocer nuestro ser vulnerable, también torpe e insensato; a vernos como pobre gente que acoge, «gracias al amor, sentimos todo lo que de carne hay en el espíritu»2 dijo otro filósofo.

Se aprende tarde a vivir enamorados de Dios, reconocerlo enamorado, a pesar de frecuentar la Eucaristía y escuchar el Evangelio, hasta que un día descubres que ese Reino del que ahí se habla no es un proyecto social sino una amorosa sorpresa: enamorarte de Jesús primero, para -después- aprender a amar con un amor que sin ser perfecto es imposible dañarlo u ofenderlo, suficiente para levantar la vida. Desear se vuelve obediencia.

Se aprende tarde que su amor es el nuestro y no se puede dejar de amar; que el corazón sencillo late sagrado, palpita con el sentido de centro donde la vida se bendice como el pan y el vino para ser entregada (pienso en unión de amor, no en sacrificio).

carminis

------------------------------------------------------------------------------

(1) Ortega y Gasset.

(2)  M. de Unamuno.

Imagen: Corazón de Jesús (1926), Tarsila do Amaral.

Comentarios