Historia de la parroquia

Nuestra Parroquia, antiguo Hospital de San Lázaro, fue fundado en la calle Murviedro por impulso del Rey D. Jaime I en el año 1240, para atender a enfermos leprosos y enfermedades contagiosas. Según cuenta Esclapés, en 1512, en tiempos de la Reconquista, San Lázaro quedó excluía de la unificación de todos los hospitales de Valencia, hasta que en el año 1739 fue absorbida en la nueva reforma del Hospital General.

Los vecinos más viejos del lugar, conocimos una Ermita, restos del antiguo hospital. Solamente tenía un amplio vestíbulo de planta rectangular y al lado mayor se situaba el acceso a un arco de reducidas dimensiones. Allí vivía una familia ermitaña. También recordamos que cada año en la festividad de San Lázaro, se celebraba una misa, creo que organizada por una hermandad de labradores.  

En el año 1958 fue nombrado D. Vicente Morell Morell, Párroco de aquella ermita pequeña y polvorienta. Pero él era una persona con una gran vocación, vigoroso y con un fuerte ímpetu, para empezar de la nada. Poco a poco, fuimos acercándonos y haciendo feligresía. A los ermitaños, reacios a irse, se  les proporcionó una vivienda por mediación de un feligrés.

Provisionalmente, el culto y celebraciones de la parroquia, tenían lugar en el colegio del Padre Jofré, en la plaza de Roncesvalles, hasta el año 1960. En este mismo año, en el mes de Junio, se inauguró la Parroquia llamada San Lázaro situada en la calle Sagunto, después de haber trabajado D. Vicente con sus voluntarios feligreses, sacando tierra y alisando el suelo. Se habilitó un espacio contiguo al edificio que se accedía por medio de un pasillo trapezoidal que llegaba a la iglesia compuesta por dos naves rectangulares, en forma de L, sin ninguna decoración. La imagen titular fue restaurada después.

Nuestra Parroquia es una Parroquia que empezó de la nada, solamente del espíritu fuerte y emprendedor de D. Vicente Morell. Dios lo puso al frente de una gran empresa que poco a poco se fue haciendo ambiente parroquial. Equipo de matrimonios, Primeras Comuniones con sus catequistas... La juventud respondió con mucho interés con reuniones de formación y también lúdicas como un grupo de teatro muy vital y un coro muy completo que actuaba en las celebraciones parroquiales. Los más jóvenes estaban dentro de un grupo Scouts, con reuniones y salidas al campo. Se hicieron excursiones parroquiales con ambiente de convivencia. Los primeros ornamentos y el Sagrario fueron donaciones de  parroquianos. El tiempo pasó y Don Vicente fue nombrado Párroco de la iglesia del Ángel Custodio, donde falleció  el 4 de diciembre del año 2004. De aquella feligresía, como es lógico, quedamos muy pocos, pero fue una época que sirvió para dejar las huellas y marcar el camino de una Parroquia.

Hay que destacar también la colaboración de los sacerdotes jóvenes que estuvieron al pie del cañón, D. Vicente Collado y D. Jorge Olcina, y los dos continuadores que durante mucho tiempo fueron una parte integrante, eficiente e inolvidable para todos, y mucho más para mi familia, D. Vicente Cuenca y D. Miguel Comes.

Nuestro segundo párroco, D. Juan Piris Frigola, fue muy bien acogido, pero no pudimos gozar por mucho tiempo de su ministerio. Solamente desde 1982 hasta 1985. Inició los primeros trámites para la restauración de la parroquia, pero le nombraron Delegado Episcopal de la Pastoral de la Familia, de ahí fue ejerciendo otros cargos y fue Obispo de Lérida. Actualmente Obispo emérito.
D. José María Valls Abad fue su continuador y a él le debemos la total restauración de la ermita a la actual iglesia. Durante las obras, desde 1985 hasta 1989, la parroquia se trasladó provisionalmente a una planta baja de la calle Fray Pedro Vives. El día 21 de mayo de 1989, fue la inauguración solemne de la Iglesia de San Lázaro, con la presencia del Sr. Arzobispo D. Miguell Roca Cabanellas. En septiembre del mismo año, debido a unas lluvias torrenciales, salieron goteras y se descubrió que era por defecto de la estructura soporte de la cubierta, con peligro del hundimiento del techo. Mientras duraron las obras se trasladó el culto al convento de Luz Casanova. Al finalizar estos arreglos volvimos definitivamente a nuestra Iglesia Parroquial. A D. José María Valls le debemos todos los esfuerzos y sin sabores por los que tuvo que pasar durante 23 años para llevar a término una obra tan audaz. Con el gusto artístico que le caracterizaba, le supo dar un estilo propio  recordando a la Ermita  original.

Desde octubre del 2008 fueron nombrados por el Arzobispado al frente de la Parroquia a D. Francisco Llopis y a D. José Vidal. En la actualidad, permanece como párroco D. José Vidal y como adscrito D. José Pérez Polo.




  

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